domingo, 9 de diciembre de 2007

Otro poema de Ivan Barranco.

"Mirando la oscuridad blanca que proyecta mi mente, he descubierto el filo del alma, tejido de sangre, suspendido desde el fondo del corazón, hilada fina, con temple, como la aguja que mata la vena, como la sangre que en vano escapa de la gravedad, cayendo para no llegar arriba nunca más.
Cierro los ojos, todo es oscuro, ahora lo veo claro, vértice de acantilados son mis pensamientos. Abro los ojos mas no veo nada, todo está dentro, remanso de aguas bravas son mis sentimientos.
¿Qué siento? Yo no siento. Quieto ante el balanceo de mi cuerpo, sostenido por un hilo de aire, fugado de un desierto, roto como un juguete nuevo sin su dueño, dolido de alegría al tocar mis cicatrices ocultas, cuya piel ha enterrado para verlas por dentro, aunque dentro sigue oscuro. Todo es eterno, como la muerte que acaba con todo, todo es efímero como la luz que arroja un rayo, condenado a la libertad, cumpliendo condena, voy por dentro."

Ivan Barranco.

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